El interior del Cofre

Por Otro Monitor
0 comentarios
0 favoritos
1628 visitas

-

0 valoraciones


Desarrollo

En una ocasión un hombre que iba viajando regresaba a su aldea desde una ciudad donde había estado un tiempo trabajando. Por el camino se encontró con otro hombre que era un ladrón. Ambos empezaron a caminar y mientras caminaban, empezaron a hablar uno con el otro. El ladrón preguntó "¿dónde has estado?" y el hombre contestó: "fui a la ciudad y empecé un negocio donde he ganado mucho dinero. Ahora vuelvo a mi casa y en este saco llevo un Cofre con todo mi tesoro".           

El ladrón se puso muy contento y empezó a buscar la oportunidad de robar el cofre a ese hombre.
         Caminaron juntos durante varios días y una noche llegaron a una posada. A la hora de cenar el ladrón le dijo: "estaré contigo en un momento, ve cenando que yo bajaré un poco después".           

Entonces el ladrón empezó a registrar todas las posesiones del otro hombre. Registró su maleta, registró en su cama, registró bajo su almohada, registró por todas partes y no pudo encontrar nada. A la mañana siguiente empezaron su viaje de nuevo y esta vez el ladrón preguntó: "¿estás seguro de que has ganado mucho dinero?"
          

"Si, he ganado mucho dinero, mira, te lo voy a enseñar."

No había duda había muchísimo dinero y riqueza ahí. El ladrón se quedó callado y pasaron a otra posada donde sucedió lo mismo. Cuando el hombre bajó a cenar el ladrón volvió a registrar bajo la cama, bajo la almohada, la maleta, pero tampoco lo encontró. A la mañana siguiente volvieron a empezar su viaje.
          

Esta vez el ladrón dijo: "dentro de poco vamos a llegar a nuestro destino, llegarás a tu casa, y debo decirte que soy un ladrón y desde el momento que me enteré que tenías ese cofre quise robártelo, y cada noche he entrado en tu habitación buscando tu dinero pero no lo ha encontrado. Ahora que ya casi estás en casa, ya no quiero tu dinero pero me gustaría saber lo escondías cada noche."
          

El hombre contestó: "Eso es muy fácil. El día que empezaste a caminar conmigo, me di cuenta de que eras un ladrón, así que pensé qué lugar podría esconder mi dinero. Bajo mi cama lo hubieras encontrado, bajo mi almohada lo hubieras encontrado, en mi maleta lo hubieras encontrado, de manera que cada noche antes de baja a cenar y mientras tu buscabas en mi almohada yo tomaba el cofre y lo escondía bajo tu almohada, donde el cofre estaba seguro, y mientras, tú buscabas bajo la mía.
          

Robémonos a nosotros mismo, busquemos en nuestro corazón, y abramos nuestro cofre, porque es ahí donde encontraremos el verdadero tesoro de nuestra existencia.
          

Toda la vida está dentro de nosotros. Todo se nos ha dado. Nuestro deber es encontrarlo dentro.
          

El verdadero tesoro está dentro de cada uno de nosotros.
 

Se rumorea... se comenta...

No hay comentarios, ¿qué te parece si decimos algo?

Hay quien dice que también se puede hacer así...

No hay variantes, ¿nadie conoce más formas de hacerlo?