Lo primero que haremos es llenar de clavos nuestro tubo. Con el martillo vamos clavando los clavos desde el exterior, no hace falta que estén puestos de forma regular, lo importante es que sean muchos, para que al mover el palo las semillas caigan lentamente a través de los clavos. Entonces tened en cuenta también que la distancia entre clavo y clavo debe dejar pasar las semillas.
Ahora hay que llenar el tubo de semillas o legumbres secas. Cuántas más pongas más sonará.